Cuando conocí la existencia de Jara, esta dulce podenquita andaluza de mirada triste, tímida, tranquila, pacífica y no excesivamente cariñosa, según decían, mi corazón no pudo más que abrirse más si cabe al hecho de tener a mi lado un ser tan adorable como este. No sé explicarlo, como casi ninguno de los que, como yo aman a los animales, pero sentí una necesidad incontrolable de hacer lo posible por tenerla a mi lado y mejorar su vida y la mía, ambas, por el tiempo que podamos estar juntos y la vida nos permita. Otro compañero, compañera en este caso y por fin, de vida. Pues el corazón de los seres vivos es tan amplio y confortable que caben en él, todos los sentimientos que quieras y necesites albergar. Yo ya había reservado un espacio lo suficientemente cómodo y verdadero para Jara, nada más conocer de su existencia. Y empezamos la tarea de conseguir su adopción. conversaciones, fotos y documentos cruzados como en todas las adopciones y, como ha de ser, pues no hay más camino que el buscar y conceder a la persona o personas más indicadas la responsabilidad de hacerse cargo de un animal que no ha tenido un pasado muy feliz que digamos. A veces puede resultar cansado este tiempo de trámites y habrá momentos en el que parece que nos sintamos no merecedores de la concesión de la adopción, pero yo no he dejado de confiar y desear tenerlos a mi lado. He demostrado siempre mi sinceridad y el amor que le procesaba en los dos casos anteriores, ¿Cómo no?, en el actual con Jara. No se ha de reaccionar solo por el impulso de atracción del principio, eso es la base, pero luego se ha de recapacitar, estudiar tu situación, tu capacidad de hacer frente positivamente a la nueva situación que te planteará una nueva adopción y sobre todo el nivel y calidad de vida que le puedes ofrecer a ese pequeño ser que, dependerá de ti no solo por un tiempo, si no por toda su vida. Has de ser consciente, porque ya las conoces, de sus necesidades y de lo que se espera de ti. No solo sustento, higiene, hogar y cuidados veterinarios, sino también el calor humano, respeto y comprensión que un animal a tu cargo necesita. Y por encima de todo el amor que puedas darle pues el suyo a priori lo tienes garantizado, porque de sobras es sabido el agradecimiento y el amor que te demuestran y ofrece un animalito que ha encontrado en ti su futuro, su estabilidad y su alegría. Te lo demostrará toda la vida y toda la vida te querrá. Por eso la labor de quienes tienen la responsabilidad de buscarles una familia, un hogar o un compañero de vida a cada uno de los animalitos que tienen a su cargo es tan delicada y meticulosa. Porque, aparte de responsabilidades y de aciertos, ha de ser duro conocerlos, convivir con ellos, en definitiva, amarlos y después entregarlos para, en algunos casos no volverlos a ver más. Quitado de fotos y videos, pero sin tenerlos a su lado. Es por eso de agradecer la labor que desempeñan, en la mayoría de los casos, altruistamente. Y vaya desde aquí mi agradecimiento, mi reconocimiento y toda la gratitud que puedo ofrecer a este colectivo que hace cada día que las vidas de estos inocentes mejoren y se dignifique. Gracias Rescate Animal Granada, por vuestra inmejorable labor.
Pocos días quedan para que Jara esté repuesta de su esterilización y viaje hacia casa la pobre unos 900Km, unas 9 horas de coche, que la harán llegar agotada y llena de incertidumbre. Pero tras sus primeras horas en casa, espero que se sienta cómoda, querida y en lugar seguro, acompañada de sus dos hermanitos que la querrán tanto o más que yo y la defenderán de todo mal. Deseando darle la bienvenida y abrazar a esa dulce podenquita andaluza de mirada triste, hasta que su mirada se torne en alegría, confianza y satisfacción.
¡Te esperamos, Jara...!
Paseando por Granada
A Jara le gustan las salchichas
Especial agradecimiento a: Amanda, Pilar y Sara